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Papás, ¡la actividad física es salud!

El sedentarismo está atacando al mundo y los adultos deben practicar algún tipo de ejercicio, no solo por su salud, sino por la de sus hijos.

El trabajo, la tecnología y la falta de tiempo han hecho que el ser humano se olvide de hacer ejercicio o lo haya pasado a un segundo plano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el 60 por ciento de la población mundial no realiza la actividad física necesaria para obtener beneficios para la salud.

Un informe sobre Las recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud de esta institución indica que “la inactividad física constituye el cuarto factor de riesgo más importante de mortalidad en todo el mundo (6% de defunciones a nivel mundial). Solo la superan la hipertensión (13%), el consumo de tabaco (9%) y el exceso de glucosa en la sangre (6%). El sobrepeso y la obesidad representan un 5% de la mortalidad mundial”.

La OMS también indica que las principales causas están relacionadas con el incremento del sedentarismo en las áreas tanto laborales como domésticas y a la falta de interés en hacer ejercicio durante el tiempo de ocio. Además, la facilidad del uso de medios de transportes que, no solo han facilitado la vida, sino que han fomentado la inactividad de las personas.

Según el doctor Hernando Jaime González, médico cirujano de la Universidad Nacional de Colombia y deportólogo de la Universidad El Bosque, “la actividad física es muy importante; moverse es una necesidad del ser humano. Entre más se mueva, estará en mejor estado de salud. Obviamente, en la adultez se recomienda hacer ejercicio moderado. Porque si se realiza, de manera intensa, existe la posibilidad de que aparezcan lesiones osteomusculares y de eventos cardiovasculares como infartos”.

¿Qué significa hacer ejercicio moderado?

El médico indica que la persona no va a realizar grandes esfuerzos por largos periodos. Es decir, la frecuencia cardiaca no se lleva al ciento por ciento, sino que se llega a un máximo del 80 al 85 por ciento.

En términos prácticos, “en el ejercico moderado, la persona siente que se siente confortable, pero no agotada. Cuando tú comienzas a jadear, la percepción subjetiva del esfuerzo está entre 6 y 7 (en una escala de 1 a 10, en donde 1 es la mínima y 10, la máxima, en la escala de Borh modificada). No es fuerte, pero no es suave y muy es benéfico para salud y de bajo riesgo de lesión”.

Hay múltiples actividades recomendadas para hacer ejercicio. Lo más importante es que sean lúdicas; se aconsejan actividades deportivas como jugar tenis, fútbol, ciclismo, natación, danza, etc. Esa última actividad es muy beneficiosa para la salud: usa el cerebro, permite coordinar la música con el movimiento (ritmo), se está haciendo ejercicio y la música brinda satisfacción personal.

Las recomendaciones mundiales sobre actividad física para la salud, de la OMS, indican que para los adultos entre los 18 y 64 años de edad, “la actividad física consiste en actividades recreativas o de ocio, desplazamientos (por ejemplo, paseos a pie o en bicicleta), actividades ocupacionales (es decir, trabajo), tareas domésticas, juegos, deportes o ejercicios programados en el contexto de las actividades diarias, familiares y comunitarias”.

En cuanto al tiempo, lo mínimo que debe ejercitarse una persona es de 20 minutos a media hora, cuatro veces por semana. Y que sea acumulable –aclara el médico deportólogo–; lo importante es la frecuencia, más no la intensidad: “Es más beneficioso a diario y de a poco, que en una larga jornada el domigo que implica alto riesgo”.

Ejercicio en familia

Ahora, es muy importante fomentar el ejercicio en el hogar. Es lúdico, fortalece las conexiones emocionales y familiares, y demuestra la unión.

A los hijos, la actividad física se les enseña con el ejemplo. Acordémonos de una cosa, dice el médico: “los niños nunca hacen lo que los padres les dicen, sino lo que los padres hacen. Más que obligarlos, hay que darles ejemplo. Muchos padres nunca han sido deportistas ni lo son, y los matriculan en una escuela deportiva, pero no los acompañan en el proceso dando ejemplo. Muchos padres tratan de compensar sus frustraciones presionando a sus hijos a hacer lo que ellos nuca pudieron. Lo ideal es, si son muy pequeños, siempre jugar con ellos. Ir al parque, a la piscina y luego sí llevarlos a escuelas deportivas”.

Ojalá, agrega el experto, los entrenadores organicen escuelas de padres. Los niños están haciendo sus prácticas y los padres van a estar ocupados haciendo actividades para padres, dando ejemplo.

Finalmente, ¿qué debe acompañar la actividad física? Una buena, sana y balanceada alimentación. Buen sueño, uso moderado de la tecnología y manejo del estrés.

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