Es posible evitar la presencia de un infarto; los buenos hábitos y ejercicio ayudan a fortalecer el corazón.
Aunque siempre hay que cuidar la salud cardiovascular, hay que prestarle especial atención después de cumplir los 35 años, pues se presenta un momento crucial en la vida cuando se es adulto joven, porque los errores que se cometan ahora en su cuidado posiblemente no se van a pagar ya, pero sí cuando se es mucho mayor.
“No quiere decir que a los 35 años las personas no se infarten; sí. Pero eso cambia. Uno ve en cifras de personas que, digamos entre los 0 hasta más o menos los 18 años, la posibilidad es mínima. De los 19 años en adelante empieza aumentar ligeramente, pero de los 35 o 40 años, por cada década se va doblando el riesgo, aumenta al doble. Si tienes 10 por ciento a los 35, a los 50 tienes el 20; a los 60, tienes el 40% y ahí sube el riesgo. A medida que se envejece, el organismo se va resintiendo y le cuesta cada vez más recuperarse. De ahí la importancia de hacer la prevención”, explica el doctor Carlos Fernández Newball, médico cirujano, especialista en urgencia y asesor médico cardiovascular.
Las principales enfermedades que se presentan en la actualidad son el infarto cardiaco, en primer lugar; pero, también tenemos infartos cerebrales o derrame cerebral, que es una ruptura de un vaso sanguíneo en el cerebro por la presión alta; el vaso no es capaz de manejar la presión y se revienta. También, existen problemas a nivel de miembros inferiores porque los vasos sanguíneos no alcanzan a irrigar adecuadamente piernas y otros órganos y, empiezan las insuficiencias.
Los factores de riesgo del taponamiento de arterias coronarias, según el médico, son:
- Hipertensión: viene del consumo excesivo de sal.
- Colesterol alto: exceso de grasas, el tabaco.
- Exceso de peso: complica mucho más la situación porque hay un volumen extra de sangre; hay áreas del cuerpo que no se vascularizan y tienen riesgo sanguíneo.
- Si a eso le agregamos el sedentarismo, tenemos un factor de riesgo importante.
- Dietas con azúcares simples, mucha grasa y mucha sal; además de la edad, se tiene un conjunto muy importante para riesgo de infarto.
El momento
El infarto es el nombre coloquial o común que se le da a la muerte de las células del corazón, explica el doctor. “Este, como todos los órganos, tiene células (Miocitos); cuando por falta de riego sanguíneo, no llega oxígeno o las arterias se obstruyen o estrechan, y se mueren. Es este se le llama infarto agudo de miocardio: muerte celular inminente en el músculo cardiaco”.
Hay casos donde puede tener alertas. “A medida que los vasos sanguíneos se van dañando, puede haber sensación de falta de oxígeno con dolor ocasional y falta de respiración”.
Muchas veces, no se presentan todos los síntomas, sino es una combinación de ellos. Los principales son el dolor u opresión en el pecho. Ese dolor no se modifica con movimientos, respiración, sino que va aumentando de intensidad y se puede irradiar a la mandíbula, el cuello, la espalda, el brazo izquierdo y, en algunos casos, el derecho.
Aparte, puede presentarse mareo, sensación de ahogo y sudoración fría. Algunas veces, las personas pueden tener pérdida de reconcomiendo, dificultad para respirar o, incluso, sentir náuseas.
“Cuando ya el paciente llega a urgencias, tiene dificultad para respirar, sudoración, mareo, alteración en el ritmo cardiaco; a veces, puede dar taquicardia, late rápido, o a veces muy despacio y el paciente tiene cara de angustia”, indica el especialista.
¿Cómo actuar? Según el doctor Fernández, hay estudios que han demostrado que tomar una tableta de aspirina, en el momento en el que se están sintiendo los síntomas, ayuda de alguna forma. “Toser es importantísimo. Cuando sospeche que tiene riesgo o se está infartando, toser ayuda muchísimo porque cuando una persona tose duro es cuando aplica un masaje cardíaco que le da un golpe en el pecho a la persona. Y, obviamente, debe buscar ayuda inmediata, acercarse a un centro de atención médica”, señala.
Prevención: lo más importante
Existen factores modificables y no modificables de la enfermedad cardiovascular. Estas últimas se refieren a la edad, la raza, los antecedentes heredofamiliares (Si en casa, papás, hermanos y tíos tienen alguna enfermedad cardiovascular demostrada o han muerto por esta causa, ya se tiene un factor de riesgo).
Los factores modificables son aquellos en los que la persona tiene algún injerencia: fumar, ser sedentario, llevar una mala dieta, etc.
En estos casos, es importante suspender el cigarrillo, cambiar la dieta, hacer ejercicio (20 o 30 min diarios minimo 3 o 4 veces a la semana); disminuir la cantidad de sal, azúcar y grasa en las comidas.
El médico enfatiza en que si el infarto se atiende rápidamente, es probable que la persona se salve, pero su calidad de vida se verá disminuida y tendrá que cambiar de hábitos, tomar medicamentos por el resto de la vida, etc., así que es importante prevenir algunos tratamientos (como cirugías de corazón abierto, puentes cardiovasculares, stent y angioplastia, cateterismos, entre otros) a tiempo.