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Danza para el adulto experto : más que actividad física

Bailar no solo mejora las funciones metabólicas del organismo y previene enfermedades; se convierte en un espacio para disfrutar de sí mismo, para conocerse y quererse. 

Asesoría: María Elisa Alfaro Urtatiz, magistra en Educación de la Pontificia Universidad Javeriana. Docente y directora del Grupo de Proyección Folclórica de la Universidad Pedagógica Nacional, desde hace 18 años; directora de la Fundación Artística y Cultural Vivir Colombia y docente del programa de Educación Física de la Corporación Universitaria Uniminuto.

Cuando se cumple cierta edad es común que las personas se depriman, se sientan aisladas o disminuyan su autoestima. No tienen motivaciones y temen quedarse solas. Por eso, hay que prepararse para ser adultos mayores; mejorar la calidad de vida debe ser la prioridad de esta etapa. Allí, la danza puede convertirse en un actor fundamental en transformar ese futuro.

Bailar no requiere una raza, una estatura ni una edad específica. Bailar es una actividad como comer; simplemente, esta allí, entre las posibilidad del ambiente y necesita de gusto, de pasión, de sensibilizad y de disposición.

Nunca es tarde para bailar; es una dinámica que ayuda a mantener un cuerpo saludable y, además, a manejar las emociones de manera positiva.

Bailar “reduce el riesgo de hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes, cáncer de mama y de colon, depresión y caídas. Mejora la salud ósea y funcional; es un determinante clave del gasto energético y es, por tanto, fundamental para el equilibrio calórico y el control del peso. Tanto así que disminuye la depresión y del deterioro cognitivo, y permite sentirnos útiles y vivos”, afirma María Elisa Alfaro.

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Por otro lado, agrega la experta, aumenta la autoestima, mejora el estado de ánimo y establece relaciones sociales. También, optimiza los hábitos alimenticios, un sueño sin interrupciones, fortalece la fuerza y movilidad, por lo que previene caídas.

¿Qué bailar?

Las opciones son muchas y muy variadas. La verdad, todo va en el gusto y el tiempo que tenga cada persona. No obstante, María Elisa dice que “la danza que mayor auge se mantiene es la danza folclórica porque se ajusta a sus contextos, es más cercana al adulto porque puede fortalecer su creatividad y memoria, al recordar eventos de su pasado que trae mediante la actividad física y montajes de danzas”.

También, aconseja bailes populares o recreativos, como el merengue, la salsa o el tango, pues permiten evocar épocas y tienen espacios adecuados.

Ahora, si la actividad es libre, se aconseja tener los conocimientos adecuados y la planificación adecuada, para que no se convierta en un riesgo para el adulto mayor. Es importante contar el apoyo de los profesionales de salud y de educación, y los administradores y las organizaciones comunales. 

Para tener un plan de actividad física, María Elisa Alfaro aconseja:

  • Realizar un dictamen médico para conocer a profundidad  la naturaleza de su cuerpo.                    
  • Contar con un especialista del área de educación física, con responsabilidad en la formación de hábitos de salud y actividad física en el adulto mayor.    
  • Concretar conjuntamente su plan de actividad física.
  • Conocer certeramente sus posibilidades y limitaciones de movimiento.
  • Regular y controlar su ritmo respiratorio.
  • Mantenerse con hidratación permanente.                             
  • La intensidad y la periodicidad del ejercicio debe ajustarse a sus potencialidades físicas.                          
  • Usar ropa cómoda y tenis para su práctica, que le permitan realizar el movimiento sin ninguna dificultad.

¿Cuándo no bailar?

Cuando existan patologías recurrentes como enfermedades incurables: insuficiencia cardíaca descompensada, aneurisma ventricular. Arritmias malignas. Insuficiencia renal crónica, respiratoria, suprarrenal, hipertensión pulmonar, hernias grandes no operables, epilepsia no controlada. Angina de pecho.

Infecciones: tuberculosis en fase activa, hepatitis viral, fiebre reumática aguda.

Traumáticas: toda lesión que exija inmovilización y una posterior rehabilitación.